segunda-feira, 14 de janeiro de 2013

ENFERMERA LE HUYE


POR LAS GOLPIZAS DE SU ESPOSO, SOLEDAD BOLAÑOS DECIDIÓ QUITARSE LA VIDA!

Se suicida enfermera colgándose de las escaleras
Se suicida enfermera colgándose de las escaleras




Por: Jesús López Aquino
Fotógrafo: Teresa Allende
 



Oaxaca


OAXACA



Los malos tratos y golpizas que le aplicaba constantemente su esposo, el policía municipal Ramón González, a la enfermera Soledad Bolaños Blanco, la llevaron a la determinación de suicidarse para acabar de tajo con tanto sufrimiento


La licenciada en enfermería, Soledad Bolaños Blanco, de 40 años de edad, se presentó a laborar como de costumbre en el Hospital Psiquiátrico de Reyes Mantecón y por la tarde, poco antes de concluir sus labores se quejó con sus compañeras de las golpizas y malos tratos que recibía de su esposo Ramón González, a quien temía denunciar por ser un policía municipal muy violento y guarura de un funcionario.
DESPEDIDA


La enfermera se despidió de sus amigas comentándoles que podría ser la ultima vez que se verían porque ya estaba harta de tanto sufrimiento y enseguida se retiró para dirigirse a su domicilio situado en Andador Calpulalpan, del Fraccionamiento Reyes mantecón, en donde atendió a sus dos menores hijas a quienes luego de darles de cenar las llevó a sus respectivas recámaras.


A las diez de la noche, la mujer se colocó una soga al cuello y el otro extremó lo amarró a las escaleras de la planta superior de su inmueble y se lanzó al vacío provocándose asfixia que finalmente le cortó la existencia. No dejó recado póstumo.


Minutos después llegó su esposo quien no daba crédito al verla que pendía de las escaleras de su casa, por lo que al comprobar que estaba muerta solicitó la intervención Agentes Estatales de Investigación y del Agente del Ministerio Público.


En su declaración, el policía municipal Ramón González, sin mostrar sentimiento de dolor o angustia por la muerte de su cónyuge, dijo desconocer las causas que orillaron a la madre de sus dos hijas a cortarse la existencia, aunque también aceptó que constantemente discutía con ella porque la celaba.





Los malos tratos y golpizas que le aplicaba constantemente su esposo, el policía municipal Ramón González, a la enfermera Soledad Bolaños Blanco, la llevaron a la determinación de suicidarse para acabar de tajo con tanto sufrimiento
La licenciada en enfermería, Soledad Bolaños Blanco, de 40 años de edad, se presentó a laborar como de costumbre en el Hospital Psiquiátrico de Reyes Mantecón y por la tarde, poco antes de concluir sus labores se quejó con sus compañeras de las golpizas y malos tratos que recibía de su esposo Ramón González, a quien temía denunciar por ser un policía municipal muy violento y guarura de un funcionario.

DESPEDIDA

La enfermera se despidió de sus amigas comentándoles que podría ser la ultima vez que se verían porque ya estaba harta de tanto sufrimiento y enseguida se retiró para dirigirse a su domicilio situado en Andador Calpulalpan, del Fraccionamiento Reyes mantecón, en donde atendió a sus dos menores hijas a quienes luego de darles de cenar las llevó a sus respectivas recámaras.
A las diez de la noche, la mujer se colocó una soga al cuello y el otro extremó lo amarró a las escaleras de la planta superior de su inmueble y se lanzó al vacío provocándose asfixia que finalmente le cortó la existencia. No dejó recado póstumo.
Minutos después llegó su esposo quien no daba crédito al verla que pendía de las escaleras de su casa, por lo que al comprobar que estaba muerta solicitó la intervención Agentes Estatales de Investigación y del Agente del Ministerio Público.
En su declaración, el policía municipal Ramón González, sin mostrar sentimiento de dolor o angustia por la muerte de su cónyuge, dijo desconocer las causas que orillaron a la madre de sus dos hijas a cortarse la existencia, aunque también aceptó que constantemente discutía con ella porque la celaba.


FUENTE: http://alarma.mx/nota/General/1287-Enfermera_le_huye_al_2013 


 Chicos, vamos a buscar a Dios, hablar con el Padre, a solas en la habitación, en la calle, o en cualquier lugagr. Dios existe y se puede curar esta depresión. (Valdemir Mota de Menezes, el escriba)

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